sábado, 12 de octubre de 2013

Amor Eterno

Capítulo 29:
Salí de la casa de Jorge y Alejo apresuradamente. Ni siquiera me había terminado de vestirme del todo. Iba con su camiseta ancha y unas vans. Cogí un taxi, el primero que pasó y pedí que me llevase al campo donde supuestamente jugaría. Sabía perfectamente que no estaría ya allí. Su partido no continuaría 3 horas después de haber empezado, pero tenía la sensación de que era allí donde debía dirigirme. Llegué a los pocos minutos y le pagué al taxista.
El campo de fútbol estaba vacío, no había nadie. Suspiré y salí tras examinarlo todo. Me quedé en la puerta donde se vendían las entradas, mirando alrededor y encontré a Inés.
-Inés, tía, dime que Iván no se ha ido a ninguna parte-le miré respirando agitadamente.
-Nani…yo…eh…-suspiró triste.
-¡Dime qué coño ha pasado joder!-grité.
-Iván no tenía ningún partido hoy-suspiró-sólo quería saber si realmente te importaba. Estuvo aquí dos horas, esperándote, pero no viniste y…-me miró con lágrimas en los ojos.

-¿Y…?-pregunté asustada.
-Volvió a casa e hizo la maleta…dijo no sé qué de olvidarte, que sería lo mejor para todos, dejó su móvil y dejó todo, sólo se llevó la ropa y objetos personales…-suspiró.
-No…no puede ser…-suspiré mirando a otro lado.
-Eso no es todo…-me miró-su vuelo salía a las 11:30 y…-se puso a llorar.
-¿Y qué? Inés…¿qué ha pasado?-pregunté nerviosa.
-Ese avión…ha sufrido un accidente, Nani-me miró.
-¿C…cómo? No…no, no, Inés, él está bien…-la miré a punto de llorar.
-Lo siento, Nani…-me dio una bofetada-pero la culpa es tuya joder, tendrías que haber venido y no estar con tus mierdas y tus paranoias de que Alejo está vivo, empieza a darte cuenta de que estamos un poco hartos de tus invenciones para llamar la atención, que ya no eres una cría coño, que no tenemos que cuidarte y menos escuchar tus locuras sin sentido, ¿vale?-gritó y comenzó a caminar cabreada.
-¿Perdón?-dije tocando mi mejilla-¿Ahora la culpa es mía?-la miré y la seguí-parece que estás enamorada de él o algo, Inés, no es mi culpa, cuando me levanté ya se había pasado la hora, he venido todo lo rápido que he podido pero no he llegado a tiempo y no me vengas echando las culpas, ¿vale?-la miré llorando-ya bastante jodida estoy como para que TÚ me vengas a culpar también del accidente de un avión, si él lo cogió es porque quería irse y punto, hostia-grité.

Se paró y se giró para mirarme. “Era él quién estaba enamorado de ti, perdidamente, no podía soportar perderte. Cada noche venía a mi habitación durante todos estos meses y me preguntaba si había conseguido que hablaras y cosas así todo preocupado, eras tú la que siempre has pasado de él porque no has conseguido olvidar a Alejo y eso no es culpa suya, es tuya, sí, por no pasar página” dijo y se paró a pensar.
-Lo sé, y yo también le quería, Inés, le he querido, mucho, pero no he podido llegar a amarle, no me daba lo que me daba Alejo con una sola mirada, ¿vale? No lo hacía y yo intentaba dar lo mejor de mí, pero no puedo hacerlo todo si no lo siento, no puedo engañarme a mí misma y menos engañarle a él y a todos-expliqué y vi como pensaba-¿en qué piensas?.
-Olvida todo eso ahora mismo, Nani, tenemos que ir al aeropuerto YA-gritó corriendo, yo no podía correr tanto como ella debido al embarazo, pero lo intenté.

-¿Pero qué pasa, Inés?-dije tras ella.

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