domingo, 17 de abril de 2011

Adolescencia; Capítulo 14

Capítulo 14: “¡Salvados!”
“Gire a la derecha, atraviese la calle y gire a la izquierda”- decía la voz del GPS desde mi móvil
-Pero bueno…¿qué calle si aquí sólo hay árboles y más árboles?- grité furiosa
-Tranquilízate, hermana, tal vez lo mejor, sea que hagamos una llamada antes de que se agote la batería-me calmó
Respiré muy hondo e intenté tranquilizarme, mi hermano en estos momentos parecía más maduro que yo.
-Está bien…súbete a mi e intenta pillar algo de cobertura-dije finalmente al tiempo que colocaba sus piernas alrededor de mi cuello, de tal modo que no se caería
Le di el móvil y él estiró los brazos todo cuanto pudo t de pronto gritó:
-¡He conseguido una raya! ¿A quién llamó?-.
-Pues haber, maca el número de mamá-pronuncié pensativa.
Estaba marcando muy deprisa, como si se le fuese la vida en ello; después de varios tonos creí que saltaría el buzón y no conseguiríamos hablar con ella, pero me equivoqué:
-¡¿Mireia?! ¡Por Dios, dime que estáis bien!-sonó la voz de mi madre muy preocupada.
-Mamá, soy yo, David. Estamos perdidos y no sabemos volver. Mireia está conmigo y sí, estamos bien-consoló mi hermano a mi madre.
-No te preocupes cielo, la policía os está buscando y está rastreando la zona, enseguida os encontrarán. Ahora vamos tu padre y yo para ahí. Pero… ¿Y Lucas?-preguntó ella.
Ésta última frase hizo que yo agachase la cabeza y me entristeciera. No sabíamos nada de él, había desaparecido poco después de habernos besado. Y ni siquiera me había preocupado por él en estas últimas horas.
-Mamá…-dije yo desde abajo-de Lucas no sabemos nada desde anoche, desapareció sin más. Nosotros nos despertamos atados en una cueva y ahora hemos conseguido huir y pillar algo de cobertura. Se me está acabando la batería pero…-paré de hablar, sonaba en el móvil el tono intermitente como si se hubiese cortado o, lo que era cierto, que se había terminado la batería
-Bueno, al menos sabe que estamos bien ¿no?-murmuró mi hermano un poco más contento mientras descendía por mi espalda.
-Sí, supongo, pero ya nos están buscando, así que seguramente, enseguida nos encontrarán-un tono más alentador salía de mi boca.
Cogí de la mano a David y nos pusimos a caminar hacia lo que creíamos el norte, según había indicado el GPS del móvil, la última vez que lo habíamos usado antes de que se terminase la batería.
Ahora estaba todo más despejado y se veía con más claridad.
-¿Oyes eso?-pregunté
-No, ¿el qué?-se cuestionó él.
-Es agua, ¡tal vez estemos cerca del lago!-grité.
-Cierto, ¡guay!-.
Continuamos caminando entre los árboles y nos encontramos con un camino de piedra que nos llevó hasta el lado, donde se encontraban varios coches de policía

Muchas gracias por todos los comentarios del capítulo anterior, me alegro de que os haya gustado!!
Besit0s =)

lunes, 4 de abril de 2011

Adolescencia; Capítulo 13

Capítulo 13:”Secuestrados y Escapada”
David y yo nos despertamos, teníamos las manos atadas y todo estaba muy oscuro. Yo me encontraba somnolienta y me costaba bastante mantenerme despierta, pero pese a eso, conseguí incorporarme. David estaba bastante despierto y enseguida se dio cuenta de en qué lugar nos encontrábamos:
-¡Mireia, estamos en una cueva!-gritó-como en las pelis que tú ves-.
-¡Ay! David, esto no es una película. Está pasando en realidad-pronuncié con dificultad.
-¡Ah!- se decepcionó.
-¡Buf! Anda ven aquí, a mi lado. No te preocupes, que saldremos de esta-le dije.
Se arrastró como pudo hasta el lugar en el que yo me encontraba. Apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó dormido. Yo intentaba soltarme por todos los medios, hasta el punto en que mis manos llegaron a mi bolsillo trasero, donde se hallaba el móvil.
No quería despertar a mi hermano, pero no tenía otra opción.
-David, David, despierta- susurré.
-Mmm, ¿qué pasa?-murmuró y se tumbó en el suelo.
-Nada, cielo. Duérmete otra vez-.
Cogí el móvil  y me agaché para darle un beso en la frente a David. Con el móvil ya en la mano, intenté reconocer por el sonido de los números, el de mi madre; pero era inútil, no había cobertura y me estaba quedando sin batería. Dejé el móvil en el suelo y me di la vuelta para verlo, sólo quedaba una raya de batería, eso significaba como mucho una hora.
Empezó a entrar luz, seguramente estaba amaneciendo. Eso hizo que me asegurase que realmente me hallaba en una cueva.
-¿Ya es de día?-preguntó David mientras se incorporaba.
-Sí, bueno, está amaneciendo- contesté sonriendo.
-¿Sabes?, estás muy guapa despeinada- me sonrió.
Nos reímos durante un rato, no me podía creer que estuviese siendo amable conmigo.
-Gracias, ¡tú estás guapo siempre!-grite y me puse a correr tras él, hasta que tropezamos y nos caímos al suelo al mismo tiempo.
Era una piedra punzante que había provocado una herida en la pierna de David.
-¡Ay, me duele!-sollozaba.
-No te preocupes, te curaré la herida-prometí.
-¿Cómo, si estás tan atada como yo?-se quejó.
-Tengo una idea, pero tienes que incorporarte-.
Cogí como pude la piedra y la dejé cerca de David, mientras, me coloqué de espaldas y le dije a éste que me guiase para conseguir cortar la cuerda que ataba mis manos.
-¿Voy bien?-.
-Sí, ya está rompiendo. ¡Vete un poco más rápido y romperá de todo!-gritó.
-¡Bien, por fin!-dije quitándome las cuerdas rotas de  las manos.
Me acerqué a mi hermano con la piedra entre mis manos. Corté las cuerdas de mi hermano y le abracé. Ya estábamos liberados. Cogí el móvil y el bolso y salí de la mano con mi hermano cojeando de la cueva.
Estábamos en medio de un bosque, y aunque amaneciera entre tanto árbol estaba bastante oscuro.
Por suerte recordé que mi móvil tenía una aplicación que hacía de brújula y podría guiarme y conseguir salir de aquel laberinto lleno de arbusto, árboles y hierbas