domingo, 25 de septiembre de 2011

Adolescencia; Capítulo 16

16: Por fin en casa
-¿Qué? ¿Leo? ¡No! Es imposible-grité
-Pues va a ser que no. Nos preguntó por la tarde dónde estabas y te quería dar una sorpresa. Cuando llegó se vio que la sorpresa fue para él al descubrir lo que descubrió. Se enfureció hizo lo que sus impulsos le llevaron a hacer-argumentó mi padre.
-Pero no es posible. Leo no sería capaz de ataros a David y a mí por muchas cosas que viera. Él nos quiere pese a todo- lloré.
-Pues se ve que lo hizo. Luego se arrepintió y quiso volver a por vosotros pero ya se encontró a la policía-.
-Dios, Dios, Dios-sollocé.
Ese comportamiento en Leo no era normal, le debió de doler mucho. Ahora mis sentimientos no eran los mismos que hace 15 minutos cuando estaba hablando con Lucas a solas. Me daba cuenta de lo mucho que Leo me quería y de todo lo que sería capaz de hacer por mí, cosa que no sé si Lucas haría.
Estaba confusa, parece que los chicos malos también tienen sentimientos.
-¡Quiero verlo!-decidí
Mi padre asintió, nunca fue capaz de darme un no por respuesta, al contrario de mi madre que lo hacía constantemente. Nos llevaron a casa, David se tiró en el sofá y encendió la tele.
-Como te he echado de menos-dijo a la misma
Lucas se fue a su cuarto sin desayunar, aunque con todo lo que había pasado a mi también se me quitara el apetito por completo.
-Me tomaré una ducha y nos iremos-dije a mi padre mientras subía las escaleras
-¿A dónde os iréis?-escuché decir a mamá
-La niña quiere ir a ver a Leo, con todo lo que ha pasado, es lógico, se deben muchas explicaciones-aclaró mi padre
-¿Y tú estás seguro de que es lo mejor para todos?-cuestionó ella.
-No lo sé, pero si ella quiere…ya es bastante mayorcita como para tomas sus decisiones  si comete errores, afrontarlos-.
Entré en la habitación de Lucas, se había quedado dormido. El pobre sin dormir toda la noche, herido y muerto de frío. Cogí una manta y se la puse por encima, le acaricié el pelo y le besé la frente. Estaba tan guapo cuando dormía.
Me dirigí al baño y abrí el agua caliente, me desnudé y me metí en la ducha; me enjaboné y me lavé el pelo. Después de varios aclarados salí de la ducha y me enrollé una toalla en el cuerpo y otra en la cabeza.
Desempañé el espejo y me quedé mirando mi imagen en él. Me vinieron a la cabeza recuerdos de tiempo atrás, con Leo y lo bien que lo pasáramos tanto en su casa como en la mía.
Fui a mi habitación, elegí una ropa sencilla: camiseta de tiras con un gato dibujado, minifalda, un chaleco y sandalias. Me sequé el pelo con el secador.
Cogí mi bolso, saqué el móvil y lo puse a cargar. Al encenderse vi que tenía 10 mensajes y 12 llamadas perdidas, y todas de Leo, desde ayer por la tarde, la primera, hasta hace 5 minutos, la última.

Gracias chic@s por comentar, me alegro de que os vaya gustando la novela ^_^ La verdad es que ahora mismo no me está quedando muy bien, le estoy dando vueltas y no se que poner, no tengo imaginación en estos momentos xD espero tenerla en unos días y que me sigais comentando como hasta ahora ;) besitos, amores