domingo, 20 de octubre de 2013

Amor Eterno

Capítulo 31:
Llegamos a junto de Inés y él se puso detrás de mí abrazándome. Todos los presentes estábamos inquietos por recibir noticias de los familiares o amigos que en ese vuelo viajaban.
-¿Sabes algo nuevo?-le pregunté.
-No, nada todavía, estos cabrones nos quieren dejar en vilo todavía-suspiró.
-Pues menuda mierda, yo no me pienso quedar de brazos cruzados-saltó Alejo de pronto.
-Alejo, si yo no he podido, tú tampoco podrás hacer nada-dijo Inés que se giró inmediatamente al darse cuenta de quién era-pero…-se desmayó.
-No deberías ser tan guapo y volver locas a las tías, que ya ves lo que pasa-reí agachándome.
-Uy no, calla, me encanta ver sus reacciones-rio ayudándome-tú no puedes, Nani, en tu estado, no- dijo-ya la cojo yo.
-Alejo, estoy bien, ¿vale? Sólo es un embarazo, no estoy tullida ni nada por el estilo-suspiré.
Estaba cansada de que todos me tratasen como si no pudiese hacer las cosas por mí misma. Era horrible eso de sentirse inservible para todo. Quería que todo siguiese normal, que el bombo que tenía no significase un problema ni nada. Alejo la apoyó en un asiento y comenzó a darle aire.

-¿Lo ves? Justamente por esto no quería aparecer…-suspiró-no quiero estas reacciones, o peores que habrá, no quiero, Nani-explicó.
-Pero en algún momento tienes que destapar todo-dije acariciando su pelo-no puedes permanecer oculto toda la vida-expliqué.
-Ya lo sé, mi vida, pero no puedo hacer otra cosa, de momento, será mejor que todo permanezca como está-dijo besando mi mano.
-No quiero más escondites, no quiero que me vuelvan a llamar loca, Ale-le miré a los ojos sentándome en sus piernas-no quiero, es muy difícil ocultar todo esto, se supone que te has muerto, que todavía estoy hecha una mierda por dentro, rota, sin poder dejar de pensar en otra cosa que no sea que no volveré a ver tu rostro nunca más, ni a besar tus labios…-dije acariciándolos-y de repente, de un día para otro, soy la persona más feliz del mundo, no dejo de sonreír como una gilipollas quinceañera enamorada, que sólo piensa en su chico y en salir del instituto para verle y besarle, que sólo piensa en el futuro que les espera juntos y en que todo será para siempre-reí-no tiene explicación, nadie lo comprendería, es imposible superar la muerte de la persona más importante de tu vida y estar como si nada, feliz de la vida, no, ahí sí estaría loca, y más sabiendo, como saben todos, lo que yo te amo, sería totalmente ilógico, y con eso debemos hacer algo-expliqué-tienes que destapar todo, por favor-pedí.

-Joder, Nani, pensé que no te callarías nunca-rio jugando con mi pelo.
-Esperaba que lo hicieras tú…-murmuré y al momento me besó acercándome a él.
-Lo haré, saldré, por ti, como he hecho hoy-sonrio sin dejar de besarme-no quiero esconderme más, quiero estar contigo, y disfrutar de ti, de lo nuestro y…de nuestro hijo-dijo y me separé de él unos cm.
-Me esperaba muchas cosas de ti, pero nunca que…dijeses eso-sonreí emocionada.
-¿El qué? ¿Qué quiero disfrutar de ti y de nuestro hijo?-sonrió-pues claro, boba, ahora sois los dos lo más importante de mi vida y no pienso perderos por nada, lucharé por los dos, y por estar los tres siempre juntos, y no como los quinceañeros de los que tú hablabas, si no de verdad, sin obstáculos ni muertes, ni nada-explicó y se acercó a mí-te quiero, Nani, te quiero como jamás he querido a nadie, y siento si nunca te lo he dicho, pero necesitaba hacerlo-dijo mirándome a los ojos.

-Eres increíble, de verdad, cada día me sorprendes más, eres…-sonreí y le mordí el labio-yo te quiero más, mucho más, lo eres todo para mí, enano-reí. 

domingo, 13 de octubre de 2013

Amor Eterno

Capítulo 30:
Llegamos al aeropuerto corriendo. Quedaba cerca del campo, pero solo si ibas en algún tipo de transporte, andando, o corriendo como íbamos nosotras, quedaba un poco más lejos. La policía estaba allí y no dejaba pasar. Inés y yo respirábamos agitadamente. El control policial no dejaba de sacar cadáveres y estaba lleno de ambulancias. Me caían las lágrimas de ver todo aquel desastre.
-¿Me vas a decir de una vez a qué coño hemos venido aquí ahora?-pregunté casi sin respiración.
-Nani, Iván puede no haber cogido ese avión, puede haberse arrepentido en el último momento, realmente no estaba seguro, él necesitaba verte una última vez y despedirse de ti-pensó-y…si finalmente cogió el avión…puede ser un superviviente, nunca se sabe, existen los milagros, ¿sabes?-explicó.
-No, Inés, los milagros no existen y menos en este tipo de desgracias…es imposible que alguien haya sobrevivido a esto…-suspiré y más lágrimas caían por mis mejillas-yo no puedo ver esto, de verdad…me entran nauseas-dije.

-Las nauseas son por el embarazo no por ver esto…además, ¿tú qué sabes? Igual  ya es hora de que empieces a creer en todo eso y rezar, porque si está vivo y está bien, no me puedes negar que es un milagro-suspiró.
-Mira, no estoy ahora para Cristos y Vírgenes, ¿vale? Deja tus creencias de lado, ahora lo importante es saber de Iván-pensé y llamé a Alejo.
-¿Qué pasa, Nani?-contestó Jorge al otro lado.
-Pásame con Alejo, por favor-pedí mientras Inés me miraba como si estuviera loca.
-Todavía no se ha levantado-explicó.
-Pero mira que es dormilón este tío-suspiré-pues despiértale o algo, pero le necesito ya-pedí.
-No hará falta, acaba de salir de la habitación-dijo pasándole el móvil-¿Qué pasa, Nani? Te has levantado muy temprano…¿va todo bien?-preguntó.

-Escúchame, Ale, no tengo tiempo, se ha estrellado un avión en el aeropuerto, creemos que Iván iba en él, necesito que vengas, por favor, deja tu orgullo de una vez, te necesito a mi lado-suspiré con lágrimas.
-¿Cómo? Pero…eso no puede ser, Nani…-suspiró-joder, voy para allá, no te preocupes-colgó.
Suspiré y miré a Inés. Si realmente venía, al fin me creería y dejarían de tomarme como una loca. Toqué mi tripa al notar una patada. Intenté tranquilizarme, eso sólo conseguía alterarme. Vi como Inés hablaba con un policía pidiendo datos de algunas víctimas, pero nadie le decía nada. Estábamos rodeadas de fotógrafos y periodistas. Éramos de las pocas personas a las que habían dejado entrar, realmente porque nos habíamos colado. Sequé mis lágrimas y sonó mi móvil. Era Alejo.
-¿Dónde estás?-pregunté nerviosa.
-No me dejan entrar, Nani, sal tú-pidió.
-Está bien…voy para allá-suspiré y miré a Inés-¿vienes?-pregunté.
-No, yo me quedo aquí, a ver si consigo que me digan algo, ve tú-dijo.
-Vale, ahora nos vemos-le di un beso en la mejilla y me fui a fuera en su busca.
Le encontré hablando con un guardia de seguridad y me miró al verme dentro.
-Viene conmigo, déjele entrar, por favor-pedí con los ojos llorosos.
-Pero que sea el único, no queremos que esto se llene de gente, señora-me miró.
-Señorita, querido-suspiré-vamos Ale, a ver si conseguimos que nos digan algo…-dije caminando.

sábado, 12 de octubre de 2013

Amor Eterno

Capítulo 29:
Salí de la casa de Jorge y Alejo apresuradamente. Ni siquiera me había terminado de vestirme del todo. Iba con su camiseta ancha y unas vans. Cogí un taxi, el primero que pasó y pedí que me llevase al campo donde supuestamente jugaría. Sabía perfectamente que no estaría ya allí. Su partido no continuaría 3 horas después de haber empezado, pero tenía la sensación de que era allí donde debía dirigirme. Llegué a los pocos minutos y le pagué al taxista.
El campo de fútbol estaba vacío, no había nadie. Suspiré y salí tras examinarlo todo. Me quedé en la puerta donde se vendían las entradas, mirando alrededor y encontré a Inés.
-Inés, tía, dime que Iván no se ha ido a ninguna parte-le miré respirando agitadamente.
-Nani…yo…eh…-suspiró triste.
-¡Dime qué coño ha pasado joder!-grité.
-Iván no tenía ningún partido hoy-suspiró-sólo quería saber si realmente te importaba. Estuvo aquí dos horas, esperándote, pero no viniste y…-me miró con lágrimas en los ojos.

-¿Y…?-pregunté asustada.
-Volvió a casa e hizo la maleta…dijo no sé qué de olvidarte, que sería lo mejor para todos, dejó su móvil y dejó todo, sólo se llevó la ropa y objetos personales…-suspiró.
-No…no puede ser…-suspiré mirando a otro lado.
-Eso no es todo…-me miró-su vuelo salía a las 11:30 y…-se puso a llorar.
-¿Y qué? Inés…¿qué ha pasado?-pregunté nerviosa.
-Ese avión…ha sufrido un accidente, Nani-me miró.
-¿C…cómo? No…no, no, Inés, él está bien…-la miré a punto de llorar.
-Lo siento, Nani…-me dio una bofetada-pero la culpa es tuya joder, tendrías que haber venido y no estar con tus mierdas y tus paranoias de que Alejo está vivo, empieza a darte cuenta de que estamos un poco hartos de tus invenciones para llamar la atención, que ya no eres una cría coño, que no tenemos que cuidarte y menos escuchar tus locuras sin sentido, ¿vale?-gritó y comenzó a caminar cabreada.
-¿Perdón?-dije tocando mi mejilla-¿Ahora la culpa es mía?-la miré y la seguí-parece que estás enamorada de él o algo, Inés, no es mi culpa, cuando me levanté ya se había pasado la hora, he venido todo lo rápido que he podido pero no he llegado a tiempo y no me vengas echando las culpas, ¿vale?-la miré llorando-ya bastante jodida estoy como para que TÚ me vengas a culpar también del accidente de un avión, si él lo cogió es porque quería irse y punto, hostia-grité.

Se paró y se giró para mirarme. “Era él quién estaba enamorado de ti, perdidamente, no podía soportar perderte. Cada noche venía a mi habitación durante todos estos meses y me preguntaba si había conseguido que hablaras y cosas así todo preocupado, eras tú la que siempre has pasado de él porque no has conseguido olvidar a Alejo y eso no es culpa suya, es tuya, sí, por no pasar página” dijo y se paró a pensar.
-Lo sé, y yo también le quería, Inés, le he querido, mucho, pero no he podido llegar a amarle, no me daba lo que me daba Alejo con una sola mirada, ¿vale? No lo hacía y yo intentaba dar lo mejor de mí, pero no puedo hacerlo todo si no lo siento, no puedo engañarme a mí misma y menos engañarle a él y a todos-expliqué y vi como pensaba-¿en qué piensas?.
-Olvida todo eso ahora mismo, Nani, tenemos que ir al aeropuerto YA-gritó corriendo, yo no podía correr tanto como ella debido al embarazo, pero lo intenté.

-¿Pero qué pasa, Inés?-dije tras ella.