sábado, 13 de julio de 2013

Amor Eterno

Capítulo 28:
-¿Quieres quedarte esta noche?-preguntó Jorge y asentí.
-Está bien…yo dormiré en el sofá y tú en mi habitación-ofreció Alejo.
-¿Tú habitación?-pregunté.
-Hace meses que vivo con Jorge-rio-y también tengo derecho a tener una habitación propia, digo yo-.
-Ah claro-reí-sí, es lo lógico-sonreí y le miré-pero Alejo…no hace falta que duermas tú en el sofá…-.
-Pues no te dejaré dormir a ti en él, no es muy cómodo que digamos-me miró serio.
-No me refiero a eso-le miré.
-¿Entonces a qué?-preguntó confuso.

-A que durmáis juntos, idiota-interrumpió Jorge-desde luego a tonto no hay quien te gane.
-Ah…ya…gracias Jorge-rio un poco y me miró-¿estás segura?-preguntó.
-Claro-sonreí-¿qué tiene de malo? Ni que fuera la primera vez…-le miré.
Se quedó varios minutos pensando y comenzó a reír.
-¿Qué tú y yo estando en una cama…juntos…dormimos?-me miró-sí, sería la primera vez-rio más.
Reímos todos. “Imbécil” sonreí y le abracé de nuevo.
-Bueno, yo os dejo solos. Buenas noches capullo-rio Jorge y le abrazó-buenas noches, Nani-sonrió y me besó la cabeza-espero que este te deje dormir eh-rio.
-Buenas noches, Jorge-miré a Alejo y sonreí-seguro que duermo de un tirón.
Jorge salió de casa y Alejo y yo nos mirábamos mientras nos íbamos acercando el uno al otro. Nos besamos con mucha pasión y fuimos a su habitación. “Te echaba de menos” susurró y sonreí mientras seguía besándole. Le quité la camiseta mientras él me iba besando el cuello y me excitaba cada vez más. Hizo lo mismo conmigo y me iba acariciando la espalda mientras me desabrochaba el sujetador e iba besando mis pechos cuando lo tiraba al suelo. Le besaba con más pasión al momento que acariciaba su pecho y le bajaba los pantalones. Me tumbó en la cama y besó mi tripa y fue bajando. Me mordía el labio mientras me quitaba los pantalones y besaba mis piernas y las chupaba. Bajé por su espalda, acariciándola y llegué a su trasero, el cual acaricié mientras le quitaba los calzoncillos. Llegó a mi zona y la besó por encima de las bragas. Yo me mordía más fuertemente el labio y acariciaba la suya. Me bajó las bragas y se acercó a mí besándome de nuevo con mucha pasión e intensidad. La introdujo y gemí. Le seguí el beso con más pasión todavía mientras nuestros cuerpos se movían rápidamente uno encima del otro y ambos suspirábamos de placer. Ambos gemíamos cada vez más hasta llegar a gritar de placer. Y así pasó nuestra noche.

A la mañana siguiente nos despertamos abrazados el uno al otro. Sonreí al verle dormir todavía y le besé la mejilla. Me puse las bragas y busqué en su armario alguna camiseta que, al ponérmela, comprobé que me quedaba ancha y sonreí. Salí de la habitación con cuidado y fui a la cocina donde estaba Jorge que sonrió más aún al verme.
-Buenos días, ¿qué tal has…dormido?-rio.
-MUY BIEN-reí-mejor que tú seguramente-sonreí y busqué mi móvil.

Me sorprendió ver tantas llamadas de Iván y tantos mensajes y decidí leer el último: “Este es el último mensaje que te escribo, si no vienes a verme al partido, será que te quieres olvidar de mí, así que yo desapareceré de tu vida. Es a las 09:00. Un beso…te quiero”. Miré el reloj apresurada. Eran las 12:00, no había llegado. No quería que se pensase que no me importaba…¿qué iba a hacer ahora?

miércoles, 3 de julio de 2013

Amor Eterno

Capítulo 27:
Llegué abajo y fui caminando al parque. ¿Qué esperaba encontrarme? La verdad no lo sabía. Iba con miedo. Si era Alejo, le daría una buena bofetada por el plantón y por hacerme quedar como una loca; pero si no era él…¿quién podía ser?
Llegué al parque y espere 10 minutos. No venía nadie y suspiré. Genial, una broma. ¡Pues qué gracia, oye! Vi de lejos una sombra, ¿sería él? A medida que se iba acercando me di cuenta de quién era. Jorge. La verdad no me lo esperaba.
-Antes…de que digas nada. Sí, lo sé, no me esperabas a mí, le esperabas a él, pero él ahora no puede venir-me dijo.
-¿Cómo? Vamos a ver, Jorge, ¿me estáis puteando? ¿Qué tipo de broma es esta? Yo quiero ver a mi novio, es con quien he quedado aquí-le miré fríamente.
-Esto…Nani…tu novio es Iván-explicó.

-Tú y yo nos entendemos, Jorge, no hagas que se me hinchen los ovarios-suspiré-¿dónde está Alejo?-.
-No ha pedido venir, lo siento, te pido disculpas en su nombre, he venido yo por él porque...-le corté.
-¿No te has parado a pensar que igual yo no quiero verte a ti?-le pregunté.
-¿Pero por qué? Vamos tía, yo no te he hecho nada…-suspiró.
-Hacerme creer que habías matado a tu amigo, que estabas enamorado de mí, mentirme…no sé, ¿te parece poco?-le miré cabreada.
-Ya…oye lo de que estoy en…-suspiró-no importa.
-No, no importa, nada importa-le miré-vámonos.
-¿A dónde?-.
-Ahora mismo me llevas con Alejo-le dije-no te dejaré marchar de aquí ni me iré yo hasta que no le vea…-.
-Nani, no puedo hacer eso…lo siento…pero no puedo-me miró.
-Jorge…te lo pido por favor…lo necesito… ¿qué tengo que hacer para que me lleves?-le miré.
-Nada…no tienes que hacer nada…-suspiró-es que…no puedo.
Me acerqué a él con los ojos llorosos y respiré hondo. “Espero que…esto te sirva…” susurré y le besé con ternura. Se separó a los pocos minutos. “Ven conmigo” me cogió de la mano y me llevó con él. Esperaba con ansia que, en el lugar al que me llevaba, se encontrase Alejo. Llegamos a su casa a los pocos minutos.
-¿Qué hacemos aquí?-pregunté.
-¿Querías verme no?-salió Alejo de la nada.
Le quedé mirando flipada. Ya no estaba rubio. Era él, de toda la vida, el chico del que me enamoré hacía tantos años y al que no había olvidado todavía. Me quedé en shock. No sabía qué hacer. Estaba inmóvil y se acercó a mí.

-Nani yo…lo siento, ¿vale? Siento haber huído, pero te lo compensaré, mañana saldrá a la luz todo, te lo prometo-me miró y me abrazó.

-Eso espero…-le acaricié la cabeza mientras le seguía el abrazo y me caían lágrimas.