miércoles, 28 de marzo de 2012

Amor Eterno

Capítulo 5:

Se oyó la cisterna y me apresuré a coger todos los documentos y meterlos en mi bolso, menos mal que me trajera el grande, de no ser así, no cabrían. Realmente estaba furiosa. Resulta que uno de los días más bonitos y especiales de toda mi vida, se había convertido en una farsa. Era todo una mentira. Es como cuando a un niño le dicen que es adoptado. Tuve esa sensación. Se me cayó el mundo encima.
Salió del servicio y me miró se arriba abajo.
-¿Estás bien?-preguntó preocupado.
-¿Por qué no iba a estarlo?-respondí irónica.
-No lo sé, estás rara-.
Se dió la vuelta y se fijó que el cajón estaba medio abierto y fue hacia él. Lo abrió y se asustó al no encontrar la carpeta.
-¿Has visto mi…?-empezó a preguntar.
-¿Tu qué?-.
-Nada, tonterías-respondió-¿Dónde coño estará?-murmuró.
Bajamos a la cocina y me ofreció desayunar. Negué ya que, se me quitara el apetito con todo aquello.
-Llévame a casa-rogué.
-¿Qué? Si tus padres no vienes hasta mañana-exclamó.
-Lo sé, pero he llamado a una vecina y por su jardín puedo entrar en mi casa-.
-Pero, ¿te quieres ir? ¿No prefieres quedarte conmigo?-preguntó con cariño mientras se me acercaba.


-Claro que quiero quedarme-el yo que le amaba había vuelto, sus palabras dulces y su tono cariñoso me habían encandilado de nuevo-pero debo irme, tengo cosas que hacer y eso-.
-Te acompaño y nos quedamos allí-decidió.
-No-dije seria-nos vemos mañana-me despedí con un beso y le quité las llaves de la moto.
Di un portazo, me iba furiosa, sus palabras no parecían falsas y, por más que quería odiarle, no lo conseguía. Puse en marcha la moto, tenía un cúmulo de sentimientos incontrolables que querían aflorar y yo no se lo permitía. Un montón de pensamientos que se limitaban a dos preguntas: ¿Qué había exactamente en la carpeta? ¿Y por qué me hiciera eso?
Preguntas que, sin que él me lo dijese, no tendrían respuesta. Necesitaba olvidarme de todo por un rato. Lo necesitaba. Era demasiada presión la que tenía en mi cabeza. Tanta que pensé que me explotaría de un momento a otro. Me sentí sola, sin nadie a quien acudir. Decidí parar la moto y llamar a Inés, una amiga que respecto a este tema siempre me había ayudado muchísimo. Me senté y miré el mar. 


Estaba tranquilo, no como la tarde anterior. Ella me aconsejaba y yo sonreía. Tal vez todo tuviese una explicación lógica. O tal vez no. Debía barajar todas las opciones. Creí ver el coche de mis padres, pero era imposible, ya que no volvían hasta mañana. Decidí encender la moto y adelantarles por si acaso, para llegar antes.    Vi humo cerca de mi casa y un montón de gente mirando. Me acerqué. El humo provenía de mi casa, pero ¿cómo era posible? ¡No me dejara nada encendido ni enchufado!
La cinta policial que estaban colocando no me permitía ir más allá. Aún así me arriesgué y pasé por debajo. Un policía se acercó y yo le grité “es mi casa” y entré corriendo. No se llegara a producir un gran incendio ya que, el humo no pasara del baño. ¿La plancha enchufada? ¡No! Hoy no me planchara el pelo. Eso era muy extraño.
Entraron mis padres corriendo y gritando
-Pero, ¿Qué has hecho loca?-así y con una bofetada me saludó mi madre.
-Mamá te juro que yo no he sido-murmuré mientras mi mano se colocaba sobre mi ardiente mejilla.
-¿Cómo que no? ¿Y dónde estabas? Porque aquí está claro que no…-.

4 comentarios:

  1. :O un incendio?
    Su yo que le ama ha vuelto??
    buaaa
    que fuerte me usta en serio
    Laura

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    1. pues si hija si. fue lo primero que se me ocurrio cuando vi que la casa de mi vecino echaba demasiado humo por la chimenea. ese dia no estaba nada inspirada y aun asi escribi esto. confieso que no es el mejor capitulo. el que viene juro que os gustara a todos

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  2. me encanta, es genial :)
    un besito!
    Inés

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    1. Me alegro :$
      Recuerda que en el próximo que subiré en breves tambien estaras y ese será real :$
      jajaja
      se te quiere peque ;)

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