viernes, 24 de septiembre de 2010

Adolescencia; Capítulo 10

Capítulo 10: El picnic


Fer no me había llamado en estos días ni había venido a visitarme y eso que sabía que ya llegara, porque me constaba que selo habían dicho los demás.  Estaba un poco preocupada y le había llamado un par de veces pero siempre saltaba el contestador, y decidí no volver a llamarle si él no lo hacía primero. Tampoco sabía nada de Meri ni de Sergio, pero los demás me habían dicho que estaban muy ocupados con unos asuntos.
Habían pasado cinco días desde mi llegada al barrio y había salido con Lucas y los demás un par de veces por ahí y nos lo habíamos pasado muy bien.
Hoy mis padres nos llevaron a mi hermano, Lucas y a mí a un pantano de picnic. Volverían a recogernos cuando les llamáramos. Mi hermano había llevado la caña para pescar, que era de las pocas cosas que se le daban bien. Mientras él pescaba, Lucas y yo sacábamos la comida y la manta para sentarnos en el campo.  Me dispuse a coger unas servilletas, cuando Lucas cogió mis manos.
-¿Vas a seguir sin hablarme?- preguntó.
Noté una expresión de tristeza en su rostro, no es que yo no le hablara, pero después de lo que pasó en la playa, hablar con él me hacía acordarme de ello y después de no haber hablado con Fer en una semana pues no estaba de humor como para recordarlo.
-¿Me dejas coger las servilletas, por favor?-le pedí sin mirarle.
-Eh…claro-dijo soltándome las manos-¡No!-exclamó al cabo de unos segundos volviendo a cogerme las manos y mirándome a los ojos.
-Mira…Lucas, yo te hablo, ¿vale? Ahora déjame coger las servilletas-dije finalmente cabreada.
-Vale, tranquila-dijo calmándose al ver que mi hermano se acercaba.
Me giré al oír a mi hermano gritarnos diciendo que había pescado bastante y que ya tendríamos cena. Traía en la mano derecha la caña y en la izquierda cuatro peces bastante grandes.
-Oye, pues has hecho un buen trabajo, -expresé besándole en la mejilla.
Mi madre había preparado unos sándwiches vegetales, que eran mis favoritos. Pero pese a que fueran mi comida favorita, la idea de que podría volver a quedarme a solas con mi primo en el picnic, y que ocurriera otra vez algo que no debía de ocurrir me aterraba.
La merienda pasó sin incidencias, Lucas y yo apenas hablamos, pero el ambiente estaba  bastante caldeado y los dos pensamos que mi hermano se había dado cuenta de que ocurría algo.
Estaba anocheciendo y decidimos que era hora de llamar a mis padres.
-¿Por qué no llamas de una vez?-me preguntó cabreado Lucas.
-Joder, pues porque no hay cobertura-.


Muchas gracias a todos/as por la espera de todas las vacaciones, espero que no estuvierais impacientes.
Debo confesar, que mi idea era no seguir escribiendo, pero he tenido a mi lado a 3 personas que casi me obligaron a seguir con el blog!
Muchas gracias, Nerea, Iria y Saray!!!
Os kiero!

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