sábado, 9 de julio de 2011

Adolescencia; Capítulo 15

15: El reencuentro
Comenzamos a correr, mi hermano se quedaba atrás porque todavía le dolía la pierna.
-¿Mireia y David?-preguntó un policía robusto, fuerte. Moreno, que llevaba puestas unas gafas de sol.
-Los mismos-respondí asustada
-Bien, llevamos buscándoos toda la noche y solo hemos encontrado la comida del picnic y a este chaval muerto de frío-dijo señalando a un chico rubio que estaba de espaldas y con varias mantas encima
-Pues no habéis buscado muy bien sino os habéis movido de aquí-retó mi hermano al tiempo que me guiñaba el ojo y se reía.
-Lucas…-murmuré
Salí corriendo a la dirección que había marcado el policía señalando al chico rubio. Me planté delante de él y le miré a los ojos. Lo tenía rojos, como si hubiese estado llorando y probablemente no habría pegado ojo. Estaba cabizbajo y pensativo, tenía el pelo húmedo y se moría de frío.
-Lucas ¿qué te ha pasado?-le abracé
-Nada, no te preocupes. ¿Tú estás bien, no te duele nada?-rechazó el abrazo y me apartó de su lado.
-Si, en serio. No te preocupes. ¡Pero si estás muerto de frío! –me senté a su lado y le di frotaciones en los hombros, espalda y brazos para que entrase en calor.
-Gracias. Eres la mejor-me besó en la mejilla-Te quiero mucho, ¿sabes?-.
-Sí, lo sé, ¿pero dónde has estado?-le acaricié la cara
-Es una historia muy larga, pero así sin más un chico me cogió, me dijo que lo había visto todo y que no quería que me volviese a acercar a ti.
Me dio una paliza-relató mientras me enseñaba los moratones en los brazos  y el labio roto ya cicatrizando, seguramente gracias a los policías.
Le abracé, no quise soltarle, no quise volver a perderle.
-Pensé que no te volvería a ver. No me dejes nunca, por favor-rogué-y no hagas caso de lo que te digan, tú si quieres eres más fuerte que todos ellos.
-Si se trata de ti, seguro que sí-sonrió-y tranquila, que no te voy a volver a dejar nunca, nunca, nunca-recalcó.
Llegaba un coche en ese momento, eran mis padres. Mi madre salió corriendo hacia mi hermano, que estaba en la ambulancia donde le estaban curando la herida y le abrazó.            Mi padre sin embargo se acercó a nosotros y nos abrazó. A Lucas le dio una palmada en la espalda y a mí un beso.
-Habéis sido muy valientes, chicos; pero no os preocupéis, el culpable ya confesó y está pagando por ello-bajó la cabeza
-¿El culpable? ¿Cómo? ¿Pero ya lo han cogido?-estaba confusa
-Sí, bueno lo encontraron merodeando por aquí poco antes de encontrar a Lucas, le hicieron unas cuantas preguntas y lo confesó todo-explicó
-¿Y quién fue? ¿Quién querría hacernos algo así?-interrogué
-Pues el mismo que al parecer os vio haciendo lo que no debíais. Leo-dijo
Me sonrojé pensando en el beso a la vez que me enfurecí por saber que el culpable había sido él.

1 comentario:

  1. Noe tu novela me encanté. Te animo a continuarla. Sabes utilizar el suspense. Esto me gustó mucho, hay misterio, humor, peligro y hasta un toque de pasión … Los personajes son interesantes, me gusta mucho la tensión que hay entre Mireia y Lucas. Y aprecié también el guiño fervid con los nombres. Lo que me interroga además de saber lo que paso con Lucas y quien hizo esto a David y Mireia, es por qué Lucas viene para vivir en casa de los padres de su prima. Bien te felicito y espero leer la continuación un día …

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